En la entrada anterior comentaba lo entretenido que resulta el visitar lugares del planeta usando el programa de Google earth y su constante crecimiento en agregar información y nuevas características. Ahora Google earth nos permite dirigir la mirada al espacio y recorrer la bóveda celeste, salir del planeta y navegar por el firmamento obteniendo información de los cuerpos estelares importantes conocidos. Nos permite mirar esos objetos como si viéramos a través de un potente telescopio. podemos localizar a Antares, Aldebarán, Cirio, Andrómeda, Caciopea... nombres que me hacen recordar aquellas lecturas juveniles de ciencia ficción: Asimov, Bradbury, Crichton, Lem y algunos autores rusos cuyos nombres he olvidado pero aun recuerdo detalles como la unidad de velocidad parsec.
Pero no sólo agregaron el cielo, sino también podemos ahora visitar la Luna y Marte, que como el globo terráqueo, forman globos que podemos mover a nuestro gusto con el ratón de la computadora y con las herramientas de navegación que aparecen en la parte superior derecha.
Estando en la Luna, podemos visitar los sitios en que han desembarcado las misiones apolo, asi como las misiones rusas con sus carritos robot, ahi podemos ver fotografías panorámicas de esos sitios, acercarnos y alejarnos, girar para ver lo que hay detrás o arriba y abajo. En la famosa foto de la bandera norteamericana plantada en la luna y que mucho tiempo pensé, apoyado en artículos de revistas tanto de ciencia popular como de fotografía, que era un truco fotográfico en donde en la NASA le habian añadido a la toma original, la bandera, pero no la sombra que debería haber proyectado, como todos los demás objetos que aparecían allí. Pero gracias a la explicación de la propia NASA, recordé que no hay que confiar tanto en lo que interpreta nuestra mente con la información que nos llega por los ojos.
Y Marte, que siempre me ha impresionado, primero por los dibujos donde la gente imaginaba que estaba llena de grandes canales hechos por los marcianos, y ahora por las imágenes impresionantes de esas fracturas gigantescas y esas formas como de lechos secos de rios desaparecidos hace mucho tiempo ya.
Recuerdo la emoción que me produjeron las primeras fotos tomadas en la superficie marciana por una sonda que logró aterrizar en ese planeta y que fueron publicadas por la revista Discover, una superficie color naranja, llena de piedras del mismo color.
Ahora la emoción regresa al girar el planeta rojo y acercarme a su superficie y tratar de imaginar que fué lo que produjo algunos de los accidentes del terreno marciano.
Pero no sólo agregaron el cielo, sino también podemos ahora visitar la Luna y Marte, que como el globo terráqueo, forman globos que podemos mover a nuestro gusto con el ratón de la computadora y con las herramientas de navegación que aparecen en la parte superior derecha.
Estando en la Luna, podemos visitar los sitios en que han desembarcado las misiones apolo, asi como las misiones rusas con sus carritos robot, ahi podemos ver fotografías panorámicas de esos sitios, acercarnos y alejarnos, girar para ver lo que hay detrás o arriba y abajo. En la famosa foto de la bandera norteamericana plantada en la luna y que mucho tiempo pensé, apoyado en artículos de revistas tanto de ciencia popular como de fotografía, que era un truco fotográfico en donde en la NASA le habian añadido a la toma original, la bandera, pero no la sombra que debería haber proyectado, como todos los demás objetos que aparecían allí. Pero gracias a la explicación de la propia NASA, recordé que no hay que confiar tanto en lo que interpreta nuestra mente con la información que nos llega por los ojos.
Y Marte, que siempre me ha impresionado, primero por los dibujos donde la gente imaginaba que estaba llena de grandes canales hechos por los marcianos, y ahora por las imágenes impresionantes de esas fracturas gigantescas y esas formas como de lechos secos de rios desaparecidos hace mucho tiempo ya.
Recuerdo la emoción que me produjeron las primeras fotos tomadas en la superficie marciana por una sonda que logró aterrizar en ese planeta y que fueron publicadas por la revista Discover, una superficie color naranja, llena de piedras del mismo color.
Ahora la emoción regresa al girar el planeta rojo y acercarme a su superficie y tratar de imaginar que fué lo que produjo algunos de los accidentes del terreno marciano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario